Enfermedad de Lyme en perros y gatos, síntomas y tratamiento
Las garrapatas actúan como transmisoras de muchas enfermedades en perros y gatos, entre las que figura la Enfermedad de Lyme. Una infección bacteriana que se contrae por la picadura de una garrapata infectada.
La enfermedad de Lyme, conocida también como Borreliosis canina o felina al ser causada por la espiroqueta Borrelia burdogferi, una bacteria que es transmitida por las garrapatas del género Ixodes.
Tras la picadura, la bacteria llega al torrente sanguíneo. Es desde ahí desde donde puede desplazarse a diferentes partes del cuerpo, afectando a diferentes órganos y articulaciones, tanto en el caso de los perros como el de los gatos.
Síntomas de la Enfermedad de Lyme en perros
La Enfermedad de Lyme puede tardar semanas e incluso meses en manifestarse, y en muchos casos es asintomática.
Sus síntomas son muy amplios, aunque el más frecuente es la cojera. Estos son algunos de los más comunes:
- Fiebre, falta de apetito y depresión.
- Cojera recurrente por la inflamación de las articulaciones. La cojera puede aparecer durante unos días y volver a desaparecer durante semanas.
- Dolor muscular y articular
- Artritis y deformación de las articulaciones
- Rigidez al caminar, espalda arqueada.
- Debilidad muscular con fatiga generalizada
- Inflamación o irritación en la zona de la picadura, que puede estar acompañada de una inflamación en los ganglios linfáticos superficiales localizados alrededor de esa zona.
- Problemas renales que de no tratarse a tiempo pueden derivar en una insuficiencia renal (es importante estar alerta ante síntomas como vómitos, diarreas, pérdida de peso, falta de apetito, aumento de sed y de orina y acumulación de líquido en el abdomen, en las patas o bajo la piel.
- En los casos más graves puede aparecer carditis o inflamación del corazón y/o complicaciones en el sistema nervioso central.
Ante la presencia de uno o varios de estos síntomas se recomienda acudir al veterinario. El pronóstico de la enfermedad es bueno si se detecta y diagnostica a tiempo. Caso contrario, puede afectar al corazón, a los riñones y/o al sistema nervioso central.
El tratamiento de la Enfermedad de Lyme en perros dependerá del momento en el que se encuentre la enfermedad y de las partes del cuerpo o de los órganos afectados. Esencialmente se utilizan antibióticos, que deberán ser prescritos por el veterinario, y se recomienda que el perro descanse y esté caliente y seco. También suele prescribirse algún medicamento analgésico para combatir el dolor.
El tratamiento suele prolongarse normalmente durante al menos un mes.
Enfermedad de Lyme en gatos
Dado que se contagia por la picadura de una garrapata habrá que tener especial cuidado con los gatos que salen habitualmente al exterior o que conviven con otras mascotas.
Los síntomas son bastante similares a los de los perros y dependen del momento en el que se encuentre la enfermedad.
En una primera fase, en la que la infección todavía no se ha extendido por el cuerpo del gato, pueden aparecer: fiebre, pérdida de apetito, apatía, depresión, rigidez muscular, inflamación de los ganglios linfáticos, y que el gato camine con la espalda arqueada.
Después, cuando la bacteria empieza a desplazarse hacia otras partes del cuerpo, la enfermedad puede manifestarse en otros síntomas. Entre otros, dificultad para respirar, trastornos del sistema nervioso y problemas cardíacos.
En una tercera fase, en la que la bacteria ya se habría extendido por todo el cuerpo, diarrea, vómitos, insuficiencia renal, acumulación de líquido y/o entumecimiento muscular.
Antiparasitarios, la clave está en la prevención
La única forma de prevenir la Enfermedad de Lyme en perros y gatos es evitar las picaduras de las garrapatas. Por ello, resulta imprescindible utilizar antiparasitarios para mantener lejos a las garratas, bien sea mediante pipetas, collares o aplicación de un spray o polvo repelente.
En Disane hemos desarrollado una gama de antiparasitarios para perros y antiparasitarios para gatos, con ingredientes naturales para preservar la salud tanto de tu mascota como la del resto de la familia.
Es muy importante revisar a nuestro perro o gato después de las salidas para comprobar si tiene alguna garrapata. Cuanto más tiempo se mantenga adherida a su piel mayor es la probabilidad de contagio.
Presta especial atención entre los dedos de sus patas, las zonas que rodean a los ojos y a la boca, las orejas y debajo de la cola.
Si detectas una garrapata tienes que extraerla con unas pinzas adecuadas. Para extraerla entera, sujétala tan cerca de la piel como te sea posible y tira hacia arriba ejerciendo una presión constante y uniforme. A continuación, lava bien la zona con alcohol, agua y jabón. Puedes ampliar la información en este artículo.